Las tortugas son animales extremadamente antiguos que, aunque a grandes rasgos han cambiado poco en los últimos millones de años, durante este período han tenido oportunidad de diversificarse en numerosas especies, algunas de las cuales resultan físicamente bastante extrañas para nosotros. Este es el caso de la Chelus fimbriata, también conocida como tortuga matamata o simplemente matamata.
La tortuga matamata es originaria de América del Sur, donde puede encontrarse nadando en el río Amazonas, entre otros ríos de menor caudal en la selva peruana. Es una tortuga que prefiere aguas poco profundas en las cuales le sea fácil llegar a la superficie para respirar. Sin embargo, puede mantener la respiración por mucho tiempo, quedándose inmóvil en el fondo. Frecuentemente se arrastra por el fondo en vez de nadar y probablemente no se expone a la luz del sol.
No son tortugas muy longevas, pues hasta donde se conoce pueden vivir apenas unos 15 años en cautiverio, aunque en el medio natural se desconoce este dato ya que han sido muy poco estudiadas en libertad.Las tortugas matamata más grandes que se conocen de esta especie han presentado un caparazón de cerca de 45 cm de longitud, por lo que son animales relativamente grandes dentro del grupo de las tortugas de agua dulce.
Lo más llamativo de esta tortuga es su aspecto físico, que podríamos decir que es bastante surrealista y poco agraciado. La irregularidad de su caparazón, su color entre negro y verdoso, tiene un cuello grueso y lleno de protuberancias, una cabeza extremadamente ancha y plana, incluso triangular, con una nariz puntiaguda y en forma de dos cilindros. Su boca es ancha, y tiene unas patas más bien cortas, así como los abundantes pliegues de su piel hacen que parezca un montón de escombros más que un animal. Esta característica la hace pasar muy desapercibida para sus potenciales depredadores, como por ejemplo los cocodrilos.
Otra curiosidad de este quelonio es su manera de cazar, es una predadora que acecha y espera a su presa, permanece sumergida e inmóvil, con los raros salientes de su piel ayudándola a camuflarse entre la vegetación circundante. La tortuga abre su enorme boca al máximo, causando una corriente que le permite atrapar la presa. La matamata cierra de golpe su boca y mientras que el agua es expelida lentamente, engulle al pez entero. La presa requiere entonces ser de un tamaño adecuado para la matamata, ya que no puede masticar bien, debido a la forma de su boca. Por su fuerte olor, los pobladores no la persiguen.
Al ser animales muy cortos de vista, los científicos han planteado que para desarrollar esta efectiva estrategia de caza, esta tortuga se basa fundamentalmente en su excelente oído y los largos pliegues de piel que sobresalen de su cabeza, los cuales al parecer tienen una función sensorial de gran relevancia.
Esta tortuga originaria del Amazonas, es una de las tortugas más raras del mundo en cuanto a aspecto exterior se refiere.